LAS MUJERES, CLAVE DEL ASCENSO DEL
NAZIONALPODEMISMO
Hace
cinco días me refería en estas páginas al poder de los indecisos para provocar vuelcos electorales en el último momento. Pues
bien, según una noticia aparecida en El País (http://tinyurl.com/ooa6nth),
antes de las elecciones del 20D, prácticamente dos de cada tres indecisos eran mujeres. Esto me lleva a pensar que
el dato más sorprendente de esas elecciones, la súbita desafección mostrada
hacia Ciudadanos, así como las
funestas consecuencias que ello va a tener, deberían atribuirse en buena medida
a la población femenina. Respaldaría esa interpretación el hecho de que la
intención de voto de C's entre los hombres era del 14%, frente a un 9% entre
las mujeres. Esta diferencia viene de lejos, de modo que no cabe atribuirla a
la fugaz polémica sobre la asimetría de las penas en los casos de violencia
doméstica, y recuerda mucho a la brecha por sexos que había también en UPyD, pese
a que los rasgos de Albert Rivera y Rosa Díez no pueden ser más dispares. Esto
lleva a pensar que las mujeres son a
priori reacias a apoyar las alternativas políticas de centro; dicho de otro
modo, votan más con sus ovarios que con la cabeza. Me parece pertinente
recordar aquí que las mujeres fueron una fuerza decisiva para que Hitler llegara al poder en Alemania.
Otro
factor a tener en cuenta es la volatilidad
ideológica del voto femenino en
función del aspecto de los líderes de los partidos. Es sabido que, en
cualquier país, una parte sustancial de los votos que cosechan los candidatos
depende de su estatura y de su atractivo físico, pero esta dependencia es más
acusada cuando nos centramos en la población femenina (aunque solo sea porque
la mayoría de los candidatos son hombres). En las elecciones de 2008 (siempre
según la noticia mencionada al principio) hubo un 10% más de mujeres favorables
a ZP que a Rajoy. En 2011 cambiaron las tornas y las mujeres se inclinaron
preferentemente (14% más) por Rajoy, frente a un decrépito Rubalcaba que no
obstante había demostrado una mayor capacidad dialéctica. Y en 2015 el guaperas
Pedro Sánchez tenía más apoyo femenino que masculino (2,2 puntos porcentuales
más respecto al 14% de intención de voto, lo que significa en términos
relativos un 15% más aproximadamente). Está claro: las mujeres se dejan influir no poco por el físico de los candidatos,
y el 20D este hecho permitió que el PSOE acabase consiguiendo más votos de los
previstos.
Ante
este panorama, cabe pensar que Ciudadanos perdió en una semana más de un millón
de votos en beneficio de Podemos y del PP por el efecto "caballo
ganador" comentado infra, y del PSOE como consecuencia de los rasgos
físicos del robot Sánchez.
Resumiendo,
la población femenina de este país, por su carácter más indeciso, por su
aversión irracional a las alternativas de centro y por su tendencia a anteponer
el físico de los candidatos a sus ideas, son las máximas responsables del
asalto al poder que, con la ayuda del PSOE como tonto útil, acaba de iniciar el
nazionalpodemismo.
Estamos ante otra forma de violencia de
género, incruenta por ahora, pero cuyas víctimas no se contabilizarán por
decenas, sino por millones.
26 de diciembre de 2015
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